Casa-Estudio en La Cabaña | CANOBARDIN

As architects, we faced the challenge of designing for ourselves. We seeked a simple and easy-to- live-in house, we were conscious of potential heating and irrigation costs, and we sought to ensure privacy both from the neighbours and between the studio and the home. The plot, located in a residential area on the outskirts of Madrid, is just over 800 m² and has an ascending slope from the northeast access towards the southwest.

The design of the house is based on a clear separation between the work and domestic environments. From the street, we see the studio’s volume, located at the entrance and parallel to the street alignment. Its placement reinforces the privacy of the house, which remains hidden behind this first volume. Once inside the plot, we can easily access the studio or continue towards the house, always following paths that do not invade the home's intimacy. The house, a single-story building, is attached to the studio, but each has its own independent entrance. This allows us to ensure that visitors to the studio do not interfere with our family life, effectively separating the two realms. The house rises low, built entirely at the ground level. As the plot's slope rises, the house becomes partially buried, enhancing its privacy compared to the taller neighbouring houses. Additionally, the studio acts as a barrier, providing privacy and visual separation between the street and the domestic area.

Upon entering the house, the first element we encounter is a light-filled patio with vegetation. This space is the heart of the house, bringing natural light inside and introducing greenery into the domestic environment. For us, this patio symbolizes a place of calm and connection with nature within the home.

The internal layout is organized into two well-defined areas:

1. 2. Private area: To the left of the main entrance are the bedrooms, defined by thick, white load-bearing walls. We designed these spaces to provide thermal protection and a sense of shelter and privacy.

Living area and kitchen: To the right, this space opens completely to the garden and pool. In contrast to the rest of the house, here we opted for a light slab supported by three slender metal pillars. We painted the slab yellow because we wanted it to blend with the meadow, uniting the interior and exterior. This space is our most daring, open, and cheerful area, where we, as a family, enjoy connecting with nature and experiencing the changing seasons.

When considering materials and technical solutions, our main concern was ensuring that the house was easy to live in and had low maintenance costs. We solved heating and cooling with an aerothermal system via radiant floor heating/cooling, supported by 10 photovoltaic solar panels hidden behind white parapets on the flat roof. This system has resulted in lower heating costs than we had in our previous apartment in Madrid.

To manage water consumption for garden irrigation, we installed a large underground cistern to collect all the rainwater from the roof, allowing us to irrigate the garden for a full month in summer without relying on the municipal water supply.

In the garden, we have a small pool designed as a white-walled water basin. In the living area, we also used hemp rope lattice screens to filter sunlight and protect us from the western sunheat while maintaining a visual connection between the interior and exterior. For us, our House-Studio is simple and easy to live in. It is a space that reflects our way of life: a home that is easy to maintain, efficient, and closely connected to the garden. This project is our refuge, where we can enjoy family, nature, and the changing seasons, adapting to our daily needs.

Credits
Architects: Canobardin (Julio Cano + Bárbara Bardin)
Collaborators: María Barreu Arnal (architecture)
Structures: Ignacio Isasi Zaragozá
Quantity Surveyor: Nacho Vignolo Peña
Installations: Lorenzo Sánchez del Campo

Photos: Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero)

[ES]

Como arquitectos, nos enfrentamos al desafío de proyectar para nosotros mismos. Queríamos una casa sencilla y fácil de vivir, nos preocupaba el posible gasto en calefacción y agua de riego, y que garantizara la intimidad tanto respecto a los vecinos como entre el estudio y la vivienda. La parcela situada en una zona residencial a las afueras de Madrid, es de algo más de 800 m² y tiene una pendiente ascendente desde el acceso noreste hacia el suroeste.

El diseño de la casa parte de separar claramente el ámbito laboral del doméstico. Desde la calle vemos el volumen del estudio, situado en la entrada y paralelo a la alineación de la calle. Su disposición refuerza la privacidad de la casa, que queda oculta tras este primer volumen. Una vez que accedemos a la parcela podemos acceder fácilmente al estudio o avanzar hacia la casa, siempre estos recorridos se hacen sin invadir la intimidad de la casa. La casa, de una sola planta, está adosada al estudio, pero cada uno tiene su propio acceso independiente. Esto nos permite garantizar que los visitantes del estudio no interfieran en nuestra vida familiar, separando así los dos mundos. La casa es baja, construida toda ella a la cota del acceso. A medida que la pendiente de la parcela asciende, la vivienda queda parcialmente enterrada, lo que refuerza su intimidad respecto a las casas vecinas, que son más altas. Además, el estudio funciona como una barrera, aportando privacidad y separación visual entre el espacio laboral y el ámbito doméstico. Al entrar en la vivienda, el primer elemento que encontramos es un patio de luces con vegetación. Este espacio es el corazón de la casa, llevando luz natural al interior e introduciendo la vegetación en el ámbito doméstico. Para nosotros, este patio simboliza un lugar de calma y conexión con la naturaleza dentro de la vivienda.

La distribución interna se organiza en dos áreas bien diferenciadas: Zona privada: A la izquierda del acceso principal se encuentran las habitaciones, delimitadas por muros de carga anchos y blancos. Diseñamos estos espacios buscando protección térmica y una sensación de refugio y privacidad.

Zona de estar y cocina: A la derecha, esta área se abre completamente al jardín y a la piscina. En contraste con el resto de la casa, aquí optamos por una losa ligera sostenida por tres finos pilares metálicos. Pintamos la losa de amarillo porque queríamos que se fundiera con la pradera, uniendo interior y exterior. Este espacio es nuestra zona más atrevida, abierta y alegre, donde disfrutamos como familia de la conexión con la naturaleza y con el paso de las estaciones. Cuando pensamos en los materiales y las soluciones técnicas, nos preocupaba sobre todo que la casa fuera fácil de vivir y tuviera un gasto reducido. La calefacción y la climatización la resolvimos con un sistema de aerotermia por suelo radiante/refrescante, apoyado por 10 paneles solares fotovoltaicos que están en la cubierta plana ocultos tras petos blancos. Este sistema ha logrado que el gasto de calefacción sea menor que el que teníamos en el piso en el que vivíamos anteriormente en Madrid.

Para controlar el gasto del agua necesario para regar el jardín colocamos un amplio aljibe enterrado para recoger todas las aguas pluviales que capte la cubierta, lo que nos permite regar el jardín durante un mes completo en verano sin depender del agua de la red. En el jardín tenemos una pequeña piscina, concebida como una alberca de muros blancos. En la zona de estar también utilizamos celosías de cuerda de cáñamo que tamizan la luz y nos protegen del cálido sol de poniente sin romper la conexión visual entre el interior y el exterior. Nuestra Casa-Estudio es para nosotros sencilla y fácil de vivir. Es un espacio que refleja nuestra forma de vivir: una casa fácil de mantener, eficiente y conectada con el jardín. Este proyecto es nuestro refugio, donde podemos disfrutar de la familia, la naturaleza y el paso de las estaciones, adaptándose a nuestras necesidades cotidianas.